martes, 4 de diciembre de 2012

El deporte es educación.

Cuando he leído esta entrada, me han pasado por mi mente aquellos momentos tanto gloriosos, como decepcionantes que he tenido a lo largo de mi vida. Y no digo vida deportiva, porque mi vida está asociada al deporte desde que tengo consciencia. Y todos aquellos momentos que se me han pasado por la cabeza al leerla, a parte de  ponerme los pelos de punta, he de decir que por muy diferentes que sean, todos tienen algo en común: en cada uno de ellos, he aprendido algo. Me han educado como en pocos momentos  de mi vida otras personas o otras cosas han sido capaz de hacerlo.
El sentimiento se moldea. Quizás el papel del entrenador haya tenido algo que ver, pero yo mismo se que, a pesar del tipo de entrenador que me haya llevado esa temporada, a pesar de sus órdenes, yo he sido fiel a mi mismo, fiel a mi verdadero maestro, fiel a aquello que he aprendido compitiendo en cada partido, entrenamiento, en cada deporte.
Se puede ser el mejor en un deporte, pero si realmente no lo  has llevado tan dentro como para que todo tu camino haya sido un sendero de experiencias y aprendizajes, algún día descubrirás que lo único que queda de aquellos años son copas, medallas y fotos de campeón...habiendo perdido por el camino amigos que se podían haber convertido en hermanos, momentos en los que a pesar de haber perdido has sabido reconocer y darle al primero la mano, y sobre todo, esa sensación increíble que sentirás pasado unos años al volver a hacer ese deporte que tanto te ha enseñado.
Porque lo más importante no es lo que uno se encuentra al final del camino,  sino lo capaz que cada uno es de saber aprovechar cada zancada  y cada paso hasta llegar a ese fin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario