jueves, 1 de noviembre de 2012

La increible máquina humana.



LA INCREIBLE MÁQUINA HUMANA


Después de ver el reportaje titulado “La increíble máquina humana” me ha quedado todavía más claro lo perfecto que es, desde el pelo más alto de nuestra cabeza hasta la uña más larga de nuestros pies, nuestro cuerpo. Unas capacidades físicas envidiadas por todas las especies tanto de animales como de humanos prehistóricos que junto con ese “algo” que nos caracteriza, esa capacidad de razonamiento que ninguna otra especie ha llegado a tener el privilegio de poseerla, nos convierten en maquinas capaces de alcanzar límites inimaginables.

Como bien sabemos, el cuerpo humano está compuesto por cada una de las piezas exactas y fundamentales, sin la existencia de las cuales nuestro cuerpo sería totalmente distinto. Cada vena, arteria, gen, litro de sangre, célula que forma cada uno de nuestros sentidos y cada  uno de nuestros tejidos, cerebro, músculos tan pequeños y tan flexibles que nos permiten poder percibir todo lo que ocurre a nuestro alrededor…todo forma una cadena sin la cual, una pieza significa todo porque el efecto que causaría a lo demás, sería tal que provocaría cambios tan grandes en nuestro organismo que dificultaría su perfecto funcionamiento.

¿Puede  llegar a decirse que el cuerpo humano es como una máquina? La respuesta es no, porque el cuerpo humano es el reflejo de la perfección, superando en muchos aspectos a las cualidades de las máquinas, las cuales fueron inventadas por los propios humanos.
Una de las afirmaciones en las  que me apoyo para responder eficazmente a la pregunta cuestionada es que, las máquinas se pueden crear miles e iguales, en los que cada mecanismo es un calco del otro, y cada  chip es el igual que el de  la máquina creada anteriormente…en cambio, en los 7000 millones de habitantes que hay censados en 2011 sobre el planeta tierra, no hay ninguna persona que sea exactamente igual que otra.

Además, si por una de aquella nuestro cuerpo fallara, gracias a nuestra capacidad de comunicación con los otros seres humanos, podemos suplir ese fallo. El cerebro que también forma parte de nuestro cuerpo, es capaz de solucionar el problema de otro ser.

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